Hiedra terrestre (Glechoma hederacea)
Hiedra terrestre (Glechoma hederacea)
Hierba perteneciente a la familia de las labiadas.
Como su mismo nombre indica, su crecimiento es rastrero, desparramado sobre el suelo.
Curiosamente, las ramas que van a echar flor se empinan y crecen hasta un palmo de altura.
Las hojas están enfrentadas, 2 en cada nudo.
Las flores nacen en las axilas de las hojas, dos o tres en cada nudo, y todas echadas hacia un lado.
Esta hiedra se cría en bosques de especies frondosas -sobre todo en los de hoja caediza- por toda la cordillera pirenaica y alrededores.
También se da en la cordillera cantábrica.
La floración de la hiedra terrestre se da a partir del mes de marzo, durante toda la primavera.
De la recolección interesa toda la planta florida.
Para proceder se cortan los vástagos jóvenes y se limpian cuidadosamente, eliminando cualquier rastrojo y posibles parásitos que pudiera albergar.
Rápidamente se pone a secar en capas finas, a la sombra o en secadero a temperatura no superior a la del cuerpo humano, es decir, unos 36°C.
Encontramos un principio amargo, la marrubiina, además de pequeñas cantidades de esencia (no es una planta muy olorosa).
También contiene taninos, colina y determinados ácidos fenólicos como el cafeico y el clorogénico.
La marrubiina es la responsable de la acción fluidificante de las secreciones mucosas; al hacer más líquidas estas secreciones, son más fácilmente eliminables, y por tanto ejerce una acción expectorante.
El tanino le da una actividad astringente y vulneraria.
Esta virtud de sanar llagas y heridas (vulnerario), está reconocida por los franceses y así lo reflejan en su "codex".
Por último, los ácidos fenólicos ejercen una función antiséptica.
Está indicada en catarros, faringitis, bronquitis, colitis, asma, heridas y forúnculos.
Además, se ha empleado popularmente como sedante, antidiarreico y contra las infecciones urinarias.
En la actualidad, el uso de esta hierba ha quedado relegado a la medicina casera, pero en la era medieval era ampliamente utilizada en toda Europa.
No es una planta que tenga efectos secundarios indeseables, por lo menos en las dosis habituales; lo que ocurre es que en nuestros días disponemos de mejores remedios para tratar las afecciones del aparato respiratorio.
Esta es la razón de que esta planta y otras muchas hayan caído un poco en el olvido.
.- Infusión. Se vierten 20 gr. de la planta en 1 litro de agua hirviendo; al cabo de 10 minutos se filtra el líquido y se bebe edulcorado con un poco de miel.
.- Zumo exprimido. Se recoge un puñado de hojas frescas y jóvenes, se lavan con agua corriente, se secan al aire durante unos minutos y después se machacan en mortero para extraer el líquido.
Para recuperar todo el zumo posible, se recogen las hojas sobre un pedazo de tela y se escurren al máximo.
El líquido obtenido se administra en dosis de 30 gr. al día.
.- Extracto fluido. Entre 15-25 gotas, 2 veces al día.
.- Alcoholatura. Con 500 gr. de la planta fresca recién cogida y 600 gr. de alcohol de 90°C.
Se deja en maceración una semana.
Posteriormente se cuela el alcohol y se exprime fuertemente el residuo.
Se administra a razón de 2 cucharadas de café diarias en las bronquitis crónicas.
.- Jarabe. Se puede preparar un jarabe con un 5% de la planta, generalmente de las sumidades floridas.
Se toma a cucharadas grandes para facilitar la expectoración en la bronquitis.
Digestivo. Hipotensor. Balsámico. Expectorante. Antiséptico. Astringente.
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